El idioma identifica a las
sociedades, las une y contacta a sus integrantes entre sí. Cada sociedad se
identifica y genera una identidad, con su forma particular de hablar el idioma,
que a la vez comparte con otras sociedades. Las primeras palabras de los niños
son percibidas por los padres como una sensación de que “por fin se está
comunicando con nosotros”. Los expertos afirman que la comunicación mutua
“trasciende las palabras, con el llanto, la risa, y el propio amamantamiento”.
Hablar y reconocer las palabras, tanto al escucharlas como al leerlas es
fundamental para el futuro desarrollo educativo de la persona, y de la propia
sociedad. Lo escrito hace cientos de años puede ser leído hoy y lo escrito hoy
podrá ser leído en cientos de años. De esa forma, las sociedades tienen la
capacidad de trascender su tiempo, para comprenderse a sí misma. La lengua de
forma escrita identifica las palabras mediante símbolos entendidos por los
integrantes de toda la comunidad, al igual que se comprende la palabra hablada.
Los entendidos asumen que el excesivo uso de medios alternativos de comunicación
tales como el mensaje de texto por celulares, los correos electrónicos, y el
“chat”, y la simbología utilizada en ellos, sumada a las abreviaciones, altera
el entendimiento universal de las palabras escritas. Durante el debate educativo
en nuestro país, se manifestó la preocupación de la población sobre la
alteración de nuestro idioma, a causa del uso indiscriminado de dichas formas de
comunicación. Los docentes de secundaria a menudo se quejan del traslado de la
simbología utilizada en los antes mencionados medios, como forma de abreviación
o de escritura a los trabajos escritos curriculares.
Profesores de secundaria admiten que
existe una “devaluación” ortográfica por parte de sus alumnos, debido a la falta
de lectura. La gran interrogante es: ¿cómo fomentar la lectura de los jóvenes?
Es de entender que la alteración del idioma, bien por falta de lectura, o uso
excesivo de los medios de comunicación, no es patrimonio exclusivo de los
jóvenes y afecta a toda la sociedad sin distinción de edad. Docentes de todas
las ramas de la enseñanza consideran que Internet debe ser un soporte válido de
acceso a la información que sirva de apoyo a la educación, pero nunca se debe
sustituir la lectura de los libros por el uso de la red, algo con lo que
coincide la comunidad educativa mundial.
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